Emiliano Zapata Salazar (1879-1919), fue conocido como el “Atila o Caudillo del sur” fue un líder en defensa de la tierra de los campesinos, estuvo al mando del Ejército Libertador del Sur, sus principales ideales eran la justicia social, libertad, igualdad, democracia social, respeto a las comunidades indígenas, campesinas y obreras.
Infancia de Emiliano Zapata
Nació el 8 de agosto de 1879 en el poblado de Anenecuilco, perteneciente al municipio de Ayala en el Estado de Morelos, cuando tenía 9 años fue testigo de un despojo de tierras por parte de los hacendados hacia los campesinos, acto que quedó grabado en la memoria de este niño, cuando le preguntó a su papá porque no se defiende, el padre le dijo que no se puede hacer nada, a lo que Emiliano responde:
“¿No se puede? Pues cuando sea grande, haré que se las devuelvan”.
Lo que en realidad pasaba era que los campesinos recibían amenazas para que pudieran vender a precio muy bajo, le decían:
“Me vendes o le compro a tu viuda”
Era una táctica corriente para despojar de sus tierras a los campesinos.
Emiliano quedó huérfano muy joven, su madre, Cleofas Salazar, muere cuando él tenía 16 años, y 11 meses después, muere su padre, Gabriel Zapata.
Inicios de lucha
Su lucha inició en 1910, su objetivo era mejorar las condiciones de los campesinos, partiendo de los puntos como la revolución social y el reparto agrario. Hasta la fecha sus principios y propuestas siguen siendo utilizados.
Se convirtió en dirigente agrario de Morelos, y empezó a analizar documentos que acreditaban los derechos de propiedad de los pueblos sobre sus tierras, los cuales habían sido negados por las Leyes de Reforma.
También participó en reuniones celebradas en Villa de Ayala, que después se convertirían en el Plan de Ayala, que suponía una reforma agraria radical, por esto, se convirtió en un héroe nacional al encarnar la Revolución Mexicana y se le atribuye el lema “La tierra es de quien la trabaja”.
Participó en el Plan de San Luis
Al proclamarse el Plan de San Luis, que marcaba el inicio de la Revolución, a Zapata le llama la atención el Artículo Tercero, que ofrecía la restitución de las tierras a sus legítimos propietarios; es así que entra en pláticas para la toma de armas junto con Pablo Torres Burgos, Rafael Merino y cerca de 60 campesinos.
Traición en la Hacienda de Chinameca
El 10 de abril de 1919 Jesús Guajardo organizó una reunión en la que Zapata fue engañado para asistir, Guajardo le hizo creer que no estaba de acuerdo con Venustiano Carranza y que quería unirse a él, ofreciéndole armamento y municiones para continuar con su lucha.
Al momento de llegar a la Hacienda de Chinameca, varios hombres estaban esperándolo desde las azoteas, en cuanto llegó Zapata con su comitiva de cien hombres, de inmediato abrieron fuego contra ellos, este fue el fin del Caudillo del Sur, pero no de su lucha, varias personas continuaron luchando por obtener nuevamente sus tierras.
Una de las frases que quedó inmortalizado fue:
“Es mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado”
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